La Revolución del 19 de abril de 1810 marcó el inicio de la lucha por la independencia del dominio español en Venezuela. Vicente Emparan, el Capitán General de Venezuela, fue destituido por el Cabildo de Caracas, dando paso a la formación de la Junta Suprema de Caracas (primera forma de gobierno autónomo). El 2 de marzo de 1811 se instaló el Primer Congreso Nacional, poniendo fin a la Junta y además se nombró un triunvirato compuesto por Cristóbal Mendoza, Juan Escalona y Baltasar Padrón. Luego el 5 de julio de 1811, se procede finalmente a firmar la Declaración de Independencia, conformándose así la Primera República que luego colapsó por la reacción realista.
El 19 de abril de 1810
se reúne un Cabildo extraordinario como respuesta inmediata a la
disolución de la Junta Suprema de España y la renuncia del Rey Fernando VII. Surgió un movimiento popular ocurrido en la ciudad de Caracas el Jueves Santo del 19 de abril de 1810, iniciando con ello la lucha por la independencia de Venezuela. El movimiento se originó por el rechazo de los caraqueños al nuevo gobernador Vicente Emparan, quien había sido nombrado por el hermano de Napoleón Bonaparte, José I de España, que se desempeñaba como rey de turno debido al derrocamiento del rey español, Fernando VII, tras la invasión napoleónica en España. El Jueves Santo del 19 de abril,
mientras el capitán general Emparan se dirigía a misa, un grupo
perteneciente a la aristocracia y burguesía criolla, miembros del Cabildo de Caracas, desconocen entonces al Capitán General de Venezuela. Él no estuvo de acuerdo con esto, y cuando desde la ventana del ayuntamiento le preguntó al pueblo que se había reunido en la plaza mayor (hoy Plaza Bolívar) si quería que él siguiera mandando, el presbítero José Cortés de Madariaga,
le hizo signos a la multitud para que contestaran que "NO". Emparan
dijo que entonces él tampoco quería el mando, renunció y se fue a España. Se firma también el Acta del 19 de abril de 1810, se aduce que actuaban en nombre de Fernando VII, rey depuesto de España, y en desobediencia a José I.
Se establece entonces una Junta de Gobierno que toma las siguientes iniciativas: establecer juntas similares en las provincias de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida; además de liberar el comercio exterior, prohibir el comercio de esclavos negros, crear la Sociedad Patriótica
(para fomentar la agricultura y la industria), así como la Academia de
Matemáticas. Se envían delegaciones diplomáticas a los países que podían
apoyar la insurrección: Inglaterra, Estados Unidos y Nueva Granada. Tres provincias permanecen leales al gobierno establecido en España: Maracaibo, Coro y Guayana.
Este desconocimiento a la autoridad del Capitán General de Venezuela es un paso al 5 de julio de 1811, con la firma del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela, en la que Venezuela declara formalmente su independencia.
Este aniversario se celebra como el Día de la Proclamación de la
Independencia de Venezuela. El Libro de Actas original del primer
Cabildo de Caracas se encuentra en la Capilla Santa Rosa de Lima, en el
Palacio Municipal de Caracas. Antecedentes Entre los antecedentes más
cercanos al 19 de abril, se hallan la conspiración de Gual y España en
1797, la expedición libertadora de Francisco de Miranda en 1806 y la
conspiración de los Mantuanos en 1808. En relación al movimiento llevado
a cabo en Caracas y La Guaira por parte de Gual y España, en el mismo
participaron individuos de todas las clases sociales, excepto los
mantuanos; tratándose en términos generales, de un proyecto
revolucionario igualitario, republicano y democrático, con proyección
hacia el resto del continente. En cuanto a sus líderes, tenemos que
Manuel Gual era un hijo de un militar distinguido que había defendido La
Guaira 50 años antes; por su parte, José María España había sido
teniente de justicia de Macuto; es decir, ambos eran hombres cultos
incorporados a la administración colonial. A la conspiración se sumaron
también republicanos españoles que poco antes habían organizado en
Madrid una revolución similar, quienes fueron apresados y remitidos a
América como reos de Estado. En este grupo destacaba Juan Bautista
Picornell, quien en poco tiempo estableció contacto con Gual y España.
El ideario de la revolución de Gual y España se expresó en unas
Ordenanzas que en nombre de la Santísima Trinidad se proponían restituir
al pueblo americano su libertad. Entre los puntos fundamentales de este
programa figuraban la instauración en los departamentos de Venezuela de
un nuevo gobierno; y la proclamación de los derechos del hombre
(igualdad, fraternidad, libertad y propiedad, lo que contribuiría a la
eliminación de las clases sociales por parte de la República. Asimismo,
dicho movimiento pretendía extender la revolución a otras regiones de
América. Otro documento importante de la revolución de Gual y España fue
el folleto de los derechos del hombre, que fue impreso en la isla de
Guadalupe. No obstante, la conspiración se descubrió antes de que
llegase a estallar. Los revolucionarios españoles lograron huir y se
refugiaron en las Antillas. Manuel Gual fue a Trinidad, donde murió, se
cree que envenenado en 1800. José María España, quien había huido y
regresado, fue apresado y ejecutado en la plaza mayor de Caracas en
1799. Aunque la conspiración en definitiva fue bañada en sangre,
conmovió la tranquilidad de la sociedad colonial, y generó una honda
preocupación en los mantuanos caraqueños, quienes vieron amenazada su
posición preeminente en la sociedad. En 1806 la tranquilidad de la vida
colonial venezolana se vio una vez más sacudida, cuando Francisco de
Miranda, emprendió una expedición libertadora de Venezuela desde Nueva
York. Disponía de tres barcos, y la mayoría de los tripulantes,
oficiales y soldados, eran norteamericanos. Miranda intentó desembarcar
en Ocumare de la Costa, pero varios buques españoles se lo impidieron,
refugiándose en Trinidad. Meses después intentó un nuevo desembarco en
Coro, pese a que en esta ocasión logró poner pie en tierra, la población
huyó, por lo que Miranda tuvo que desistir de sus planes. Sin embargo, a
bordo del buque "Leander" traía una imprenta con cual imprimió
proclamas que incitaban a los venezolanos a combatir por su libertad e
independencia. También difundió la célebre "Carta a los
españoles-americanos" del jesuita peruano Juan Pablo Viscardo, en la que
éste animaba los americanos a defender sus derechos y los de sus
sucesores. Al fracasar su expedición, Miranda se trasladó a Trinidad y
posteriormente a Inglaterra, desde donde prosiguió promoviendo la
independencia de Venezuela y de América Latina. Mientras que el
movimiento de Miranda tenía como objeto tomar el poder de Venezuela
desde el exterior, para hacerla libre e independiente; la conspiración
de los mantuanos en 1808 intentaba apoderarse del poder desde dentro, es
decir, mediante un golpe de Estado. Para este momento, los mantuanos
tenían el poder económico a través del control del Cabildo, el Real
Consulado y la agricultura, aspiraban a obtener el poder político ya
fuera Venezuela independiente o por lo menos autónoma. La invasión en
1808 de España por parte de los franceses y el arresto del rey Carlos IV
y su sucesor Fernando VII, crearon el vacío el poder propicio para los
intereses del mantuanaje caraqueño. En tal sentido, al enterarse los
mantuanos que en todas las provincias españolas se organizaron juntas
para preparar la resistencia contra las fuerzas invasoras y para dirigir
la política de cada región, le solicitan al capitán interino de
Venezuela, Juan de Casas, que organice también una junta con la misma
característica de las españolas y en la cual tuvieran ellos el puesto
preponderante; en otras palabras era una revolución interna que no
pretendía cambiar el orden social. En definitiva, la conspiración de
1808 fracasó debido a que el capitán general no accedió a las demandas
de los mantuanos, poniendo en prisión a los más exaltados y enviando a
sus haciendas a los más moderados. También fracasó este movimiento, como
consecuencia del apoyo de los oficiales de las milicias de pardos,
quienes se presentaron ante Casas y se mostraron dispuestos a combatir
contra los mantuanos, si éstos persistían en sus propósitos.
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