El martes 4 de febrero de 1992, un grupo de militares ejecutó un intento de golpe de Estado en Venezuela contra el entonces presidente constitucional Carlos Andrés Pérez. La intentona golpista no logró sus objetivos y los rebeldes se rindieron. Entre los oficiales alzados que comandaron esta maniobra se encontraban, principalmente, cuatro tenientes coroneles del ejército: Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos y Jesús Urdaneta.
Este evento transformó radicalmente la vida política venezolana, introduciendo nuevos actores en la escena: de estos cuatro protagonistas, el primero es presidente de la república desde 1999; sin embargo, Arias también ha incursionado en política: fue electo gobernador del estado Zulia, candidato presidencial en 2000 -compitiendo con su propio ex compañero Hugo Chávez-, ha sido nombrado Embajador de Venezuela en la ONU y activista en la conformacion del PSUV. Acosta ha mantenido un bajo perfil y Urdaneta se ha convertido en un crítico de las políticas llevadas a cabo por el gobierno de Chávez.
Todos los participantes en esta acción fueron llevados a prisión por su actuación en el hecho, siendo su causa posteriormente sobreseída y puestos en libertad dos años después, durante la presidencia de Rafael Caldera.
consecuencias:
Con la imagen pública de Pérez desacreditada por las reformas económicas emprendidas, el estallido social del caracazo, otros políticos comenzaron a desafiar su autoridad, poniendo en peligro el viejo sistema de gobierno bipartidista del puntofijismo.
Pérez decretó la suspensión de las garantías constitucionales, la cual tenía que ser discutida por el congreso al día siguiente. En esta reunión, Rafael Caldera rompió la unanimidad que existía entre los parlamentarios, que apoyaban al poder ejecutivo, para criticar la situación del país y desestimar la interpretación de magnicidio que defendía Pérez. Este discurso sirvió para aumentar su popularidad, lo que le permitió ganar las siguientes elecciones presidenciales.
La población no manifestó su apoyo al gobierno pero tampoco apoyó el golpe de Estado.
La cifra oficial de muertos fue de 14 personas.
Los militares involucrados fueron juzgados y hallados culpables de rebelión. Algunos fueron sobreseídos, otros dados de baja y el resto encarcelados, para después ser finalmente sobreseídos por el gobierno de Caldera en 1994, este lo hizo para poder tener una alianza con grupos políticos de izquierdas que apoyaron el golpe, y así mantener su gobierno. Entre los sobreseídos se encontraba Hugo Chávez.
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